1573: Jerónimo Luis de Cabrera funda la ciudad argentina de Córdoba

El 6 de julio de 1573 el conquistador español Jerónimo Luis de Cabrera fundaba la ciudad de Córdoba, en Argentina, una de las últimas ciudades levantadas en torno al Río de la Plata. Este conquistador sevillano, de noble familia, se trasladó al Perú con sólo quince años llevando ya a cuestas una notable experiencia como precoz militar. Establecido en la ciudad de Cuzco, participó en las campañas de conquista de los valles de Ica y Pisco, al sur de la ciudad de Lima, con el rango de maestre de campo. Cabrera concluiría la conquista de esta franja del litoral del Pacífico con la fundación de algunos asentamientos, como San Jerónimo de Valverde.

Jerónimo Luis Cabrera casó con la viuda del capitán Garcilaso de la Vega, madrastra del célebre cronista Inca Garcilaso. Tras ocupar el cargo de justicia menor en Charcas y Potosí, sería nombrado gobernador de Tucumán, sustituyendo a Francisco de Aguirre, en 1571. En esta región trató de buscar una salida al mar explorando el este hasta el Río de la Plata, donde fundaría en 1573 la ciudad de Córdoba. Aún continuaría la expedición y, junto al río Paraná, levantará el fuerte de San Luis de Córdoba. La intención de Cabrera era la de seguir fundando asentamientos hasta unir el Alto Perú con Argentina, pero en su intento se cruzó el conquistador Juan de Garay, fundador de la última de las grandes ciudades argentinas, la de Santa Fe, en noviembre de 1573. Garay sería responsable también del cambio de ubicación de la capital, Buenos Aires, que refundaría en un emplazamiento mucho más benigno, algo más al norte que el escogido por Pedro de Mendoza, en mayo de 1580. La llamaría Santísima Trinidad y Puerto de Buenos Aires.

El caso es que Cabrera y Garay no quisieron enfrentarse por las tierras y dejaron que el Consejo de Indias resolviera el conflicto. Mientras tanto, el sevillano regresaría a Córdoba, donde se encontraría con una triste sorpresa, el virrey de Perú le había reemplazado por haber desobedecido una orden real al sacar mercancías por el Atlántico, lo cual estaba expresamente prohibido desde la habilitación de convoyes por el istmo de Panamá. Lo cierto es que el nuevo gobernador, Gonzalo de Abreu, tenía orden de apresarle, cometido que cumplió con más gusto del preciso, siendo condenado a muerte y ejecutado el 17 de agosto de 1574.

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